Lic. Cecilia Bagnulo

Un informe intitulado "El Espectro de la Malnutrición" de la Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO) declara que "Casi el 30 por ciento de la población mundial sufre de alguna forma de malnutrición. Quienes no tienen una cantidad suficiente de energía o nutrientes fundamentales no pueden llevar una vida sana y activa. El resultado son los efectos devastadores de la enfermedad y la muerte, así como pérdidas incalculables de potencial humano y desarrollo social. Al mismo tiempo, cientos de millones de personas sufren enfermedades debidas a una alimentación excesiva o desequilibrada. La nutrición deficiente atraviesa las líneas económicas y ocasiona problemas de salud por comer demasiado poco (subnutrición), demasiado (hipernutrición) o con una alimentación desequilibrada carente de nutrientes esenciales para una vida sana (deficiencias de micronutrientes). La obesidad y las enfermedades crónicas como la cardiopatía, la diabetes y la hipertensión se están convirtiendo con rapidez en una carga socioeconómica para los países en desarrollo" (FAO, 2006).

Las mencionadas expresiones de malnutrición se encuadran en un proceso de transición nutricional que es definida como los “cambios en los patrones de alimentación y actividad física. Son paralelos a modificaciones de la composición corporal, peso, talla y a cambios demográficos y socioeconómicos. En consecuencia, aparece un nuevo patrón de enfermedades: obesidad y enfermedades crónicas no transmisibles” (Barría y Amigo, 2006) que se manifiesta en el campo de la interacción de diversas transiciones: económica, demográfica y epidemiológica.

La transición nutricional reconoce diversos estadios en los diferentes asentamientos poblacionales y en el interior de ellos. “El lugar de una persona en la transición nutricional depende de en qué medida se ha distanciado de un régimen alimentario tradicional y ha adoptado un régimen occidental, con todos los cambios asociados en la actividad física y la composición del cuerpo humano. De acuerdo con esta medida cualitativa de la transición, las zonas urbanas de todo el mundo en desarrollo están mucho más avanzadas en el proceso que las zonas rurales.” (Isunza Vera, 2004).

Existe una amplia gama de factores relacionados con la transición nutricional, que han sido descritos en diferentes estudios y han dejado ver que en los países, de manera diferencial, persisten los trastornos nutricionales que se acompañan de morbimortalidad. Su emergencia como problema de salud pública fue resultado de cambios sociales y económicos que modificaron el estilo de vida de un alto porcentaje de la población. El crecimiento económico, la urbanización y la globalización han modificado profundamente el modo de vivir. Esto ha traído como consecuencia el incremento en el consumo de alimentos altamente calóricos (ricos en grasas y azúcar) conjuntamente con un aumento significativo del sedentarismo en todos los grupos etarios.

En principio, el estadio alcanzado en la transición nutricional se relaciona con la cantidad de población, estructura y dinámica de los asentamientos. Los estudios realizados permiten distinguir factores asociados en forma directa al estadio de la transición nutricional y que tienen una manifestación espacial. Los ingresos de los hogares son determinantes. Con el aumento en los ingresos, se producen cambios en los patrones alimentarios asociados al cuidado de la salud y la estética y por otro lado, siempre que el consumo de alimentos represente un 50% o más de los ingresos del hogar, se produce un aumento del consumo de harinas, grasas y azúcares de menor valor nutritivo. La participación de la mujer en el mercado laboral también introduce cambios en los patrones alimentarios, definidos no solo por la composición sino también por su preparación y consumo. La selección de un patrón alimentario más variado y funcional depende del nivel de educación alcanzado, la estructura de edades de los miembros del hogar, los ingresos y el tiempo destinado a la compra-elaboración y la existencia de problemas de salud en uno o más miembros del hogar. Con respecto a la actividad física, esta es menor cuando aumenta la cantidad de horas en computadoras/televisión y se dispone de uno o más vehículos en el hogar.

La alimentación desde el punto de vista antropológico es una construcción social de realización individual. Culturalmente la alimentación es un elemento fundamental en la construcción de la identidad. Sin embargo, en la actualidad los patrones alimentarios tienden por diversos factores a una homogeneización. A medida que se manifiesta con mayor intensidad esta etapa de la transición nutricional se establece una mayor distancia con los patrones de alimentación tradicionales y se presentan en el campo de la salud pública patologías asociadas a este espectro de la malnutrición. El incremento de los factores de riesgo asociados a la alimentación y, en general, a los modos de vida ha permitido el avance de la incidencia de las enfermedades crónicas no transmisibles.

Las políticas de salud pública y alimentaria sobre la transición nutricional y sus consecuencias requieren de investigaciones realizadas por diversas disciplinas que abordan esta temática desde distintas aristas y a diferentes escalas de análisis. Por último, haciendo referencia al campo disciplinar propio, la geografía aporta al conocimiento de las diferencias espaciales tanto de los factores como de las manifestaciones propias de la transición nutricional, con el objetivo de definir instrumentos de política para la resolución de problemáticas específicas.

Referencias

Barría P., Mauricio R. y Amigo C., Hugo. Transición Nutricional: una revisión del perfil latinoamericano. ALAN. [en línea]. mar. 2006, vol. 56, No.1, p. 03-11. Disponible en http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0004-06222006000100002&lng=es&nrm=iso. ISSN 0004-0622. (Consulta 22/07/2010)

FAO. “El espectro de la malnutrición”. En http://www.fao.org/worldfoodsummit/spanish/fsheets/malnutrition.pdf  (Consulta 20/07/2010)

Isunza Vera, A. La obesidad en la pobreza: violación al derecho a la alimentación. Posgrado en obesidad, Universidad de Favaloro [on line] mar. 2004. Disponible en http://www.alanrevista.org/ediciones/2006-1/transicion_nutricional.asp (consulta 22/06/08)

La Lic. Cecilia Bagnulo desarrolla su trabajo en el Departamento de Geografia y Turismo de la Universidad Nacional del Sur.

 

Equipo Editorial

Dr. Jorge Solsona
Lic. Pía Squarcia
Lic. Fernando Gomez
Trad. / Prof. Viviana Soler
Ing. Guillermo Sisul
Dra. Veronica Guler
Mariano Anderete
Lic. Marina Tortul

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