El proceso de enseñanza-aprendizaje (PEA) que ocurre en las aulas de las escuelas primarias, secundarias y las universidades ha sido tema de debate en los últimos años desde distintas perspectivas, debido a la preocupación que se manifiesta en la sociedad por el bajo rendimiento de los alumnos. Desde nuestro punto de vista, el PEA parece resultar efectivo cuando se lo considera como un proceso cooperativo, en el que importa tanto el rol del profesor, sus objetivos y metodologías, como el del alumno, quien debe estar interesado e involucrado con las obligaciones del curso y con el profesor, para que pueda darse una comunicación/transferencia de manera más eficiente. Entender cómo aprendemos resulta entonces fundamental para poder enseñar mediante estrategias más efectivas, para realizar una utilización apropiada de los recursos disponibles, y para lograr un cambio perceptible en la educación y la sociedad en su conjunto.
¿Cómo llegan los alumnos al aula?
El estudio del comportamiento humano en términos de aprendizaje es realmente muy amplio. La revisión de la literatura muestra un acuerdo general en la idea de que los niños que llegan a las aulas no pueden ser considerados como carentes de conocimientos y habilidades, ya que a medida que el niño va creciendo, va adquiriendo conocimientos a partir de su interacción cotidiana con el mundo. Generan en sus cerebros representaciones sobre todas las áreas de las ciencias: biología, geografía, física, matemática, etc. Las distintas corrientes sobre el aprendizaje y la educación se preguntan por la forma en la que el conocimiento se construye en el cerebro y cómo cambia y se reorganiza dicho conocimiento a medida que los chicos se desarrollan, adquieren experticia y son instruidos formalmente.
A comienzos de los años ’80 surgió la idea de que “aprender ciencias” implicaba el reemplazo de “concepciones erróneas” (CE) persistentes, conceptos que los alumnos tienen incorporados y que los llevan a cometer errores sistemáticos al momento de aprender o resolver problemas. Hay ciertamente acuerdo en que estas CE existen y forman una parte importante del conocimiento que los jóvenes presentan al momento de comenzar una educación formal, aún a nivel de la educación universitaria. Las concepciones previas son muy resistentes al cambio porque los conceptos no son independientes de los artefactos cognitivos dentro de la estructura conceptual de los alumnos. Ahora bien, ¿cuántos de los docentes conocemos la existencia de estos pre-conceptos que los alumnos construyen a partir de su interacción con el mundo, y cuáles podrían entrar en conflicto con las teorías científicas a aprender?
Existe lo que se conoce como primitivas fenomenológicas (p-prims, por el término en inglés phenomenological primitive), que constituyen una serie de “leyes” que para nuestros cerebros parecen regir el mundo que nos rodea. En cada rama del conocimiento se pueden detectar dichas primitivas y trabajar sobre ellas para lograr un aprendizaje más efectivo. Las dificultades en dicho aprendizaje pasarán por poder modificar o reemplazar las estructuras primitivas, para incorporarlas a un sistema más grande y complejo de conocimiento que terminan siendo, en nuestro caso, las leyes de la física.
Para poder realizar modificaciones en los métodos de enseñanza a nivel universitario, resulta fundamental conocer a los alumnos que tenemos en cada cuatrimestre. Saber acerca del contexto socio-económico y cultural en el cual los alumnos se encuentran inmersos, como así también sus gustos, sus motivaciones y estados emocionales, puede ser un primer paso en el acercamiento entre docentes y alumnos con el objetivo de llegar a ver y entender al PEA como un sistema cooperativo, en el que ambas partes van en busca del mismo objetivo: la transferencia efectiva de conocimientos.
¿Cómo se van los alumnos del aula?
El bajo rendimiento académico en los cursos introductorios de física y matemática en la Universidad Nacional del Sur (UNS) puede verse en los porcentajes de aprobación de los alumnos que se muestran a continuación.
Datos registrados por la UNS, entre 2000 y 2014, teniendo en cuenta el total de alumnos por año (aprobados, desaprobados y ausentes).
¿Qué conflictos se presentan a la hora de poder mejorar esta situación? Algunas razones pueden estar asociadas a los estilos cognitivos y de vinculación con el conocimiento por parte de los alumnos, diferentes de aquellos a los que los docentes/adultos están habituados. Sin dudas, hay que analizar y considerar la influencia de las nuevas tecnologías en la forma de enseñar y aprender. También hay que considerar el conflicto de tiempos entre el necesario para un aprendizaje efectivo, el tiempo de cursada (con sus horarios rotativos), y el tiempo real disponible para la incorporación de conceptos.
Para conocer los intereses y costumbres de los alumnos, desarrollamos una encuesta que respondieron voluntariamente más de 400 alumnos desde el segundo cuatrimestre de 2014 hasta la actualidad. Aún cuando se menciona a la falta de motivación como una problemática de los estudiantes, la mayoría de los alumnos dice estar estudiando lo que les gusta y sabe que esto es fundamental para su futuro.
Con el fin de poner en evidencia la presencia de primitivas fenomenológicas y sus efectos sobre la incorporación de conocimiento que las modifiquen, elaboramos un testeo conceptual con preguntas de cinemática y dinámica y se lo administramos a alumnos de Física 1. Como puede verse en los resultados obtenidos, la aprobación del cursado de la materia no asegura la correcta incorporación de conceptos fundamentales. El peso de las primitivas fenomenológicas con las cuales llegan los alumnos al aula sigue siendo alto al finalizar el curso. También se pudo comprobar su persistencia, evaluando el mismo cuestionario a alumnos avanzados de Ingeniería, quienes pasaron por los cursos de Física 1 en sus primeros años de carrera.
Datos obtenidos durante el primer cuatrimestre de 2015. Resultados similares se encontraron en los segundos cuatrimestres de 2014 y 2015.
Los jóvenes que encontramos en estos días en las aulas de la universidad han tenido realidades muy diferentes durante sus infancias respecto de la que las que han tenido los profesores, jefes de trabajos prácticos y ayudantes. La sociedad y sus costumbres han cambiado tan significativamente que es de esperar que las p-primes también hayan cambiado. Esto establece una distancia más grande aún entre las expectativas que los alumnos inconscientemente traen y lo que la universidad les ofrece. Para lograr generar aprendizajes significativos, necesitamos conocer más profundamente a los alumnos, debemos adaptar nuestras metodologías de enseñanzas a los tiempos que corren en los que los recursos tecnológicos están disponibles en la sociedad pero no en las aulas, y debemos tomar conciencia de la importancia de estos temas dada la gran cantidad de recursos económicos que la sociedad misma aporta a la universidad esperando una enseñanza efectiva y significativa.
Dr. Gustavo Gasaneo – Lic. María Luján Freije, Departamento de Física, UNS–IFISUR. Dirección de correo electrónico: